ÉTICA Y LOS MÉTODOS ANTICONCEPTIVOS
La
evaluación de los métodos anticonceptivos, debe basarse en los principios de la
bioética: beneficencia, no-maleficencia, equidad y justicia, autonomía y
respeto por las personas, y también en la perspectiva de los derechos humanos
establecidos por la Convención de las Naciones Unidas de 1968. Estos
principios hacen un llamado al resguardo del pluralismo en las sociedades, al
respeto a las diferentes posiciones que pueden tener las personas sobre la
regulación de la fertilidad, así como a la libertad para decidir sobre el uso
de métodos anticonceptivos.
El uso de
los métodos de regulación de fertilidad cumple con el principio de
beneficencia;
Protegen el derecho a la vida y la salud.
Apoyan el
derecho de mujeres y hombres a disfrutar de su sexualidad y reproducción, y
apoyan el derecho de los hijos e hijas a nacer siendo deseados.
También apoyan el derecho de las personas para
decidir sobre su vida sexual y reproductiva y la libertad de conciencia para
decidir sobre valores.
Para
cumplir con el principio de no maleficencia, los proveedores de servicio deben
conocer información actualizada sobre las condiciones más seguras para el uso
de los distintos métodos disponibles.
Para cumplir con el principio de justicia, los
servicios de planificación familiar deben ser accesibles para todas las
personas, sin discriminación. Las autoridades de los servicios de salud,
sean públicos o privados, tienen la responsabilidad ética de facilitar y
supervisar que estas condiciones se cumplan.
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